Lobita Luna.

Ryujin de once años se encontraba en el bosque junto a su familia, pues hoy sería el día que enseñarían a la pequeña omega a transformarse, su papá Jungkook le dijo todo lo que tenía que saber, que iba a pasar, pero no evitaba que tuviera aunque sea un poco de miedo.

Además quería aprender lo más pronto posible porque su mejor amigo Luka, ya había aprendido a transformarse, era un lobito castaño, que cuando podía se la pasaba mordiendo las orejas de la omega cuando podía.

—Bien cachorra es hora —le comunicó su papá.

—Pero y si no puedo —respondió con un puchero, porque no iba negar que tenía un poco de miedo.

—Verás amor que si vas poder y te vas a vengar de Luka —la animó Jungkook a su hija.

—Jungkook... —advirtió Jimin.

—¡Está bien comencemos! —cambió de tema no quería meterse en problemas con su omega.

—Vamos hija, como lo te lo dijimos —sus padres se hacen para atrás así darle su espacio.

La omega cierra los ojos, controla su respiración, piensa en un lobo, se pregunta si se llevarían bien y como sería su lobo.

"Hola Ryujin"

Una voz la saludó, haciendo que se sobresaltara un poco pero no abriese sus ojos.

"¿Hola?"

Saludó con duda.

"¡Hola humana! Me llamo Luna, y he tenido ganas de hablar contigo desde hace tiempo pero no se ha dado la oportunidad, ya nos pondremos al corriente luego"

Le habló emocionada la loba.

"Claro... em... ¿quieres salir a jugar un rato?"

"¿Puedo?"

Preguntó Luna.

"Puedes"

Concedió.

En eso sintió sus huesos crujir, dolían pero se podía soportar, cuando volvió abrir los ojos vio todo demasiado alto, estaba tumbada en el suelo con sus patitas abiertas a los costados, volteó la mirada y vio a sus padres con los ojos cristalizados una sonrisa grande en sus rostros, intentó hablar pero no salía nada de su voz, soltó un lloriqueo asustada.

"Luna tranquila, son papi y papá"

Trató de tranquilizar a su loba antes de darle el poder total.

Jungkook y Jimin veían a su hija, su pequeña cachorra, una loba, blanco con gris, ojos verdes, era pequeña, se veía adorable, Anouk y Rayco veían a la lobita con sus colas moviéndose alegres, esperando a poder jugar con ella.

—Hija tranquila estamos aquí contigo —la tranquilizó su papá, levantando a la lobita en su brazos y la llenaba de su aroma.

Pocos segundos después apareció un lobo blanco, Rayco, con el tiempo Jimin pudo nominar a su lobo para poder tomar el control cuando se convertía en lobo, pero ahora mismo ambos habían acordado que primero serían sus lobos quienes conocerían a la loba de Ryujin.

—Déjala en el suelo alfa, quiero jugar —se comunicó el omega.

—Bien —aceptó dejando a la cachorra—. Ahora vengo —avisó mientras se iba atrás de un árbol para poder quitarse la ropa y transformarse.

—¡Hola cachorra! Soy Rayco tu papi pero lobito —se presentó mientras iba dando saltos hasta su cachorra.

—Y yo soy Anouk también tu papá pero en lobo —habló el alfa dando a conocer llegando donde su familia.

—¡Yo soy Luna! —respondió feliz mientras caminaba un poco tropezándose, donde estaban sus padres.

Y ahí fue donde Anouk se dio cuenta que había salido idéntico a su omega.

—¿Quieres jugar un rato cachorra? —preguntó mientras lamía la cara de su omega e hija.

—Papá —se quejó la lobita y escuchó un par de risitas de parte de sus padres.

—¡Yo si quiero jugar alfa! —aceptó Rayco moviendo su colita feliz.

—Okay, hagamos una carrera de aquí hasta el lago que vimos al llegar. ¿Les parece? —propuso mientras se posicionaba para poder correr.

—Hecho —la cachorra y el omega imitaron a Anouk.

Rayco comenzó a contar hasta tres y fue ahí donde salieron corriendo los tres, el alfa se quedó impresionado con la agilidad con que corre su cachorra y Rayco, el lobo blanco solo disfrutaba correr sintiendo como el aire le golpeaba en la cara, sacando su lengua al momento que corría.

Evidentemente el alfa fue el primero en llegar, seguida de Luna y por último Rayco, los dos últimos llegaron agotados y fueron directo al río a beber mucha agua.

—Me impresionaste Luna, tienes mucha agilidad al correr —le mencionó Anouk mientras se sentaba y miró a sus omegas para que vinieran a acurrucarse con él y darles calor.

—¿Te impresioné papi? —pregunta entusiasmada, cualquier cría siempre va a querer impresionar a su padres, especialmente sus lobos, para darle entender que son fuertes.

—Si cachorra —le respondió mientras lamía las orejas de esta.

—¿Y yo alfa? Yo también soy ágil —Rayco le preguntó con un puchero, también quería que su alfa lo halagara.

—Tú también omega —respondió mientras lamía sus orejitas y escuchaba como ronroneaba satisfecho.

Pasó un rato y vio como su cachorra se había dormido en el pecho de su omega, bien escondida en su pelaje, mientras que el omega estaba a nada de dormirse.

El alfa empezó a soltar su aroma, marcando a su familia.

—Míos —gruñó posesivo Anouk, dándoles su calor a los dos omegas.

—Tuyos —respondió adormilado Rayco para después quedar dormido bajo la protección de su alfa.